La paradoja de la sostenibilidad en los centros de datos: cómo reducir las emisiones de carbono mientras aumenta la demanda energética.
Hablar de “sostenibilidad en los centros de datos” puede sonar contradictorio. Al fin y al cabo, los centros de datos son conocidos por su gran huella física y su enorme consumo energético, impulsado por la necesidad de alimentar los servidores y refrigerarlos de forma eficiente. Según Morgan Stanley, el crecimiento del sector global de centros de datos generará emisiones equivalentes a 2.500 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono de aquí a 2030. Para ese mismo año, también se prevé que las emisiones globales de gases de efecto invernadero de los centros de datos equivalgan aproximadamente al 40 % de lo que emite EE. UU. en un año.
Este reto no deja de aumentar a medida que se dispara la demanda de la inteligencia artificial y otras tareas de computación de alto rendimiento, lo que ejerce una mayor presión sobre los centros de datos para encontrar soluciones sostenibles. La construcción de nuevos centros y las inversiones crecientes en el desarrollo de energías limpias, equipos energéticamente eficientes y materiales de construcción sostenibles están creando un mercado en expansión para las soluciones de descarbonización.
Aprovechamiento del calor residual
Uno de los mayores desafíos a la hora de operar un centro de datos es gestionar el calor generado por los servidores. Tradicionalmente, este calor se considera un problema que hay que mitigar, a menudo mediante sistemas de refrigeración. Sin embargo, muchos centros de datos están cambiando esta perspectiva al encontrar formas innovadoras de capturar y reutilizar el calor residual.
En algunas regiones, los centros de datos están colaborando con comunidades locales para redirigir el exceso de calor hacia hogares y negocios cercanos. Por ejemplo, en la localidad de Luleå, Suecia, el centro de datos de Facebook aprovecha el calor residual para calentar edificios y viviendas de los alrededores. Este enfoque no solo reduce la necesidad de sistemas de calefacción convencionales, sino que además aprovecha de forma eficiente una energía que, de otro modo, se desperdiciaría.
El potencial de reutilización del calor residual no se limita a pequeñas comunidades. En los Juegos Olímpicos de París 2024, se incorporó un ambicioso plan en el que un centro de datos ayudó a calentar el Centro Acuático Olímpico. Esta innovadora medida ha reducido la huella energética de los Juegos y demuestra cómo los grandes eventos pueden beneficiarse de las prácticas sostenibles de los centros de datos cercanos.
Más allá de la calefacción, algunos centros de datos están explorando formas de capturar y reutilizar las emisiones de CO₂, un subproducto inevitable del consumo energético. Un ejemplo fascinante es el uso del CO₂ capturado para cultivar algas, que pueden emplearse en diversas industrias agroalimentarias. El cultivo de algas alimentado por las emisiones de CO₂ de los centros de datos puede generar desde piensos para animales hasta biocombustibles, creando así una economía circular beneficiosa tanto para el medioambiente como para los negocios.
Reutilización de terrenos e infraestructuras: transformar lo viejo en nuevo
Los centros de datos requieren grandes extensiones de terreno, lo que a menudo conlleva la construcción de nuevas instalaciones en suelos hasta entonces no urbanizados. Sin embargo, cada vez gana más fuerza la tendencia de reutilizar estructuras y terrenos existentes, sobre todo en zonas urbanas donde el espacio es limitado. Este enfoque no solo preserva los espacios verdes, sino que también revitaliza infraestructuras antiguas, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad.
Una de las estrategias más innovadoras consiste en convertir antiguas centrales eléctricas en centros de datos. Estas ubicaciones ya cuentan normalmente con una infraestructura energética sólida, lo que las convierte en candidatas ideales para este tipo de transformación. No obstante, dado el creciente consumo energético de estas instalaciones, puede ser complicado encontrar ubicaciones que ofrezcan suficiente capacidad energética.
En EE. UU. y Europa se están desmantelando centrales térmicas de carbón que podrían reunir las condiciones necesarias para albergar un campus de centros de datos. Estos emplazamientos industriales se diseñaron originalmente para un consumo eléctrico elevado y suelen contar con redes de distribución eléctrica, además de estar próximos a fuentes de agua. Pero, por supuesto, hay muchos factores a considerar. Estas conversiones pueden ser procesos largos, costosos, poco prácticos y llenos de trabas burocráticas. En última instancia, será necesario realizar un análisis exhaustivo para determinar si la conversión, o incluso la reconfiguración, es una solución viable y sostenible.
Además de las centrales eléctricas, los antiguos polígonos industriales ofrecen otra oportunidad para un desarrollo sostenible. Estas ubicaciones, a menudo cercanas a grandes núcleos de población, pueden reconvertirse en centros de datos, reduciendo la necesidad de nuevas construcciones y minimizando el impacto medioambiental asociado a la urbanización de terrenos vírgenes. Al reutilizar estas instalaciones industriales, los centros de datos también pueden contribuir a la regeneración urbana, dinamizando las economías locales y reduciendo su huella medioambiental.
En algunos casos, la transformación de estos terrenos industriales va de la mano con iniciativas restauración ambiental. Por ejemplo, expertos y estudiantes de la Universidad de Maryland (UMD) planean incorporar tecnologías que limpien el aire y los recursos hídricos del entorno, mejorando así la salud ambiental de la zona. El proyecto de la UMD incluye una reserva natural de 600 acres de acceso público, diseñada para absorber gases de efecto invernadero y otras formas de contaminación atmosférica, amortiguar el ruido y gestionar el agua de escorrentía del nuevo complejo de centros de datos Quantum Loophole, situado en las afueras de Frederick, Maryland, cerca de la sede norteamericana de STULZ. Además, este campus se está construyendo sobre el terreno de una antigua planta de procesamiento de aluminio.
Este enfoque integral no solo responde a las necesidades operativas de los centros de datos, sino que también refuerza sus objetivos de sostenibilidad, convirtiendo lo que podría haber sido un impacto negativo en un beneficio para el entorno local.
La tendencia hacia la reutilización de terrenos e infraestructuras forma parte de un movimiento más amplio hacia una economía circular, donde los recursos se reutilizan y reciclan en lugar de desecharse. Al adoptar este modelo, los centros de datos pueden reducir su impacto ambiental y fomentar un desarrollo sostenible en las ciudades.
Un futuro sostenible para los centros de datos
La creciente demanda de sostenibilidad en los centros de datos no es una moda pasajera, sino una auténtica necesidad. A medida que el mundo se digitaliza y se vuelve cada vez más dependiente de las tecnologías basadas en datos, no podemos ignorar el impacto ambiental de los centros de datos. Los retos que plantean los procesadores de IA de gran potencia solo subrayan aún más la urgencia de encontrar soluciones innovadoras que hagan que estos centros sean más sostenibles.
En STULZ, ayudamos a los centros de datos a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad mediante el diseño, desarrollo y fabricación de soluciones de refrigeración energéticamente eficientes que reducen el consumo energético global. Además, colaboramos con nuestros clientes para crear soluciones a medida que se adapten a sus necesidades específicas, ya sean sistemas de refrigeración por aire o por líquido, garantizando siempre un rendimiento fiable.
Mediante la reutilización del calor residual, la exploración de tecnologías punteras y un replanteamiento del uso del suelo y las infraestructuras, los centros de datos pueden dejar de ser una amenaza medioambiental para convertirse en actores clave en la construcción de un futuro más sostenible. El camino por delante no será fácil, pero con creatividad, innovación y compromiso con la sostenibilidad, los centros de datos pueden estar a la altura del reto y desempeñar un papel protagonista en la lucha contra el cambio climático.
Sobre el autor
Drew Shannon
Drew Shannon es especialista en marketing de producto en STULZ USA, donde gestiona la información y el ciclo de vida de toda la gama de productos de la compañía. Proviene del sector periodístico, donde pasó cinco años gestionando un programa nacional de publicidad por rendimiento. Vive en Frederick, Maryland, con su esposa, su hija pequeña, dos perros y un gato. Aunque ahora vive en el norte, es sureño de corazón y siempre está en busca de una buena barbacoa. Cuando no está con la nariz metida en un manual de producto, es fácil encontrarlo viendo carreras o recorriendo senderos con su familia